Los siete principios (Saptashila) del padre M. A. Windey para el desarrollo rural

Presentamos un ejemplo de actuación misionera de la Compañía que tiene amplia repercusión en el futuro desarrollo rural de la India. Hay algo que sostiene este proyecto: los vínculos que estableció su fundador entre los ideales de Mahatma Gandhi y los valores evangélicos. Una fuente de inspiración que puede animar proyectos similares en otras partes del mundo.

Por S. Emmanuel, SJ y K. Velangani Raj, SJ

El difunto P. Michael Antony Windey, fundador de la Village Reconstruction Organization (VRO) de la India, nació el 28 de abril de 1921 en Buggenhout, Bélgica. Dedicó su vida al desarrollo rural de la India. Bajo la inspiración de la filosofía Sarvodaya y Anthyodaya de Gandhi (movimiento no violento de resistencia a la opresión) y motivado por la Revolución Total de Jayaprakash Narayan (un programa de transformación social que afecta tanto a los individuos como a la sociedad), fundó la Village Reconstruction Organization, organización no gubernamental que tiene como lema “Mejores aldeas para un mundo mejor”. Desde su creación en 1971, la VRO ha construido 100 aldeas y 28.000 casas para comunidades tribales, dalits y pobres, sin tener en cuenta su religión. La VRO opera en la actualidad en Andhra Pradesh, Telangana, Orissa y Tamil Nadu. El trabajo del P. Windey, que se basa en los siete principios gandhianos para el desarrollo rural, sigue inspirando a aquellos que trabajan en el desarrollo comunitario.

El primer principio es que el verdadero agente de desarrollo es la comunidad, de modo que despierte de la pobreza y se responsabilice de su futuro. Debemos considerar que el progreso es un proceso compartido, que hace hincapié en la liberación cultural, en el cambio social y en la asociación en la propiedad. Son principios que subrayan el empoderamiento de la comunidad y el cambio cualitativo en el desarrollo rural.

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Segundo principio: el desarrollo como reto cualitativo. En palabras del P. Windey, el desarrollo se define como “hacer las cosas juntos mejor que antes, para que todos podamos compartirlas”. La calidad de vida abarca la salud, la educación, el empleo, las relaciones sociales, la seguridad, el medio ambiente, el paisaje y el patrimonio cultural. Los habitantes deben tener en cuenta los recursos locales de que disponen, tales como tierras de labor, bosques o ganado. Estos recursos desempeñan un papel crucial en la configuración de los medios de subsistencia y el bienestar rural. La calidad de vida en el campo va más allá de las comodidades físicas.

Tercer principio: el auténtico desarrollo comunitario se centra en la inclusión, la participación y la sostenibilidad. Este enfoque reconoce que los diversos aspectos de la vida comunitaria están interconectados entre sí y celebra la diversidad. La VRO hace hincapié también en que, para que haya desarrollo rural, es importante la participación comunitaria y el bienestar cualitativo, superando así el mero progreso material.

El cuarto principio subraya la importancia del desarrollo autóctono e integral en las zonas rurales. Los aldeanos deben tener en cuenta los recursos locales, el contexto medioambiental y las necesidades sociales, y evitar ser una imitación de los estándares urbanos.

El quinto principio afirma que el desarrollo es crecimiento. El crecimiento social es análogo al crecimiento biológico, surge orgánicamente y se extiende en varias direcciones. El programa de la VRO consta de tres etapas: física, socioeconómica y de construcción de la comunidad. Entre las prácticas más señaladas que usa figuran festivales de plantación de árboles, programas integrales de salud comunitaria, fincas de aprendizaje, federaciones cooperativas y formación de líderes.

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El sexto principio es que el proceso de desarrollo constituye una reacción en cadena. Formación de núcleos: se desarrollan inicialmente dos o tres aldeas-núcleo, situadas a ser posible a poca distancia unas de otras (aproximadamente 5,5 km). Estos núcleos se sitúan estratégicamente cerca de otros pueblos centrales o pequeñas ciudades, para atraer su atención. La formación de agrupaciones aumenta su eficacia operativa y reduce costes. Con el tiempo, casi todos los pueblos atraen a otras comunidades a lugares colindantes. Poco a poco, estas comunidades se fusionan en unidades más grandes y más viables. Llega así a formarse una federación inter-aldeas.

Por último, los servicios sociales exigen presencia y ser identificables. El animador de la VRO y el agente de cambio residen continuamente en la comunidad y comparten sus condiciones de vida. Así resulta mayor su compromiso y éste es más evidente, ya que el aldeano siente que al propio animador le afectan los éxitos y fracasos de la comunidad. De este modo, se convierten en compañeros del desarrollo.

En conclusión, este enfoque propugnado por la Village Reconstruction Organization representa un cambio de paradigma en la filosofía del desarrollo rural. El enfoque globalizado del desarrollo rural de la VRO sirve de potente recordatorio de que la medida de un verdadero progreso no viene dada simplemente por indicadores económicos, sino por la riqueza de vida comunitaria, por la conservación del patrimonio cultural y la capacitación de unos individuos que forjan su propio destino.

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Publicado por Communications Office - Editor in Curia Generalizia
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